
También vivían allí el “crudo invierno”, que no terminaba de cocerse aunque prendieran fuegos, y ese olor rancio de la “pobreza extrema”.
Bajaban de los postes de la calle cables de luz, televisión y hasta teléfono. Y un Dodge 1500 reventado completaba ese confort tan miserable que la “ayuda social” no contemplaba.
Dios perdonaba las palizas del jefe a la patrona, el vino violento de las noches y los robos de cada madrugada. Para que oyeran su palabra les enviaba dos ángeles con Biblias y polleras largas todos los domingos de mañana.
Texto de Roberto Esmoris Lara (quenoseademasiadotarde.blogspot.com)
6 comentarios:
Roberto Esmoris Lara no solo es un gran escritor, sino una buen amigo, espero que lo disfruten.
Gracias Maraia por compartir tu nueva casa. Ya no somos una sociedad anónima y ojalá pronto Cofre de Cuentos se convierta en una razón social de multitudes. Con nombre propio y "papeles" cotizando en los corazones nobles, como el tuyo.
Un abrazo, y nuevamente gracias.
Roberto
Cofre de palabras de ida y vuelta.
Besos.
Que lindo pensar en un lugar con cuentos de todos!!! Gracias Maraia...voy a correr la voz...que se convierta en un club de amigos de soñadores...
Enhorabuena las voces de los poetas!
Chas gracias, Lamartango. "en hora buena las voces de los poetas", esta misma frase-exclamación la empleo para celebrar tu poesía.
Gracias, compañera!
Roberto
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