jueves, 27 de diciembre de 2007

mañana eterna y breve

No ha de alcanzarte el mal, ni la plaga se acercará a tu tienda; que Él dará orden sobre ti a sus ángeles de guardarte en todos tus caminos. Salmo 91, 10-11 ...................................................................................... Hace mucho tiempo fue la muchacha más linda de Venado Tuerto. No le duele recordarlo. Lo hace cada vez que abre los ojos a esa luz mezquina de la única ventana, que es muy chica y, para colmo, coronada con plantas raquíticas. Se levanta, toma un té, sacude como almohadones los pedazos de sueños que el destino se encargó de demolerle. Piensa en los hijos, en los nietos, y decide no morir porque aún hace falta. Más tarde, colorea en su rostro algunos rasgos. Dice siempre que no puede salir a la calle sin nada. Entonces, busca la correa para ir al parque con su perra. Como todas las mañanas. ............................................................................................................... Rosa A. Díntrans/ R. Esmoris Lara.

viernes, 21 de diciembre de 2007

un cuentito de Navidad

Hay una comarca llamada Magus-Majú donde todo el año es navidad. Tiene sólo cuatro habitantes y son tan buenos que el cielo los premió con un Felicesfiestas permanente. Esto significa que los 24 de cada mes es Nochebuena, los 25 Navidad, los 31 a las doce es año nuevo y los 5 Reyes. Por eso, es común ver a los camellos jugando con los renos en la plaza, y al trineo de Papá Noel guardado en el garage de la esquina. Además, en las calles plantaron pinos, importados de Canadá, con regalos y frutas de verdad. Por otra parte, y esto es lo mejor, siempre hay turrón, pan dulce y nueces en la alacena, y sidra y Sprite en la heladera. Sus cuatro habitantes son un encanto: Mamá es hermosa-hermosa y abogada, se pone lentes para saber la verdad: Papá es alto-alto y diseña motores milagrosos en francés; La hija tiene unos ojos tan increíbles que cuando los abre de noche los gallos cantan apurados creyendo que amanece; y va a entrar a un colegio de niños prodigiosos que se sacan 10 en matemática sin usar calculadora. El hijo es inventor de idiomas secretos, para ser hablados sin que nadie entienda nada, y tiene una boa amiga que lo abriga en invierno y le espanta los mosquitos en verano. Hace poco los cuatro vinieron a la costa en una nave color nube a visitarme y me hicieron muy feliz. Sé que al mar le pasó lo mismo porque antes ni se fijaba en mí (siempre ocupado fabricando azules y olas con estrellas), pero ayer pasé y me guiñó un ojo sonriendo. Yo sólo quería desearles lo mejor la semana que viene y la que viene, y los siguientes 24, 25, 31 y 5 de cada mes. Y que disfruten siempre los días del medio, después de estudiar y hacer los deberes. El mar me dijo que les mandara un beso, pero ya saben, es mejor que se lo den ustedes rapidito, porque por aquí el verano dura tres meses. Ah, la comarca se llama Magus-majú porque fue bautizada con la primera sílaba del nombre de sus habitantes: María, Gustavo, Malena y Julián. Se dieron cuenta solos pero se los repito porque soy abuelo, y los abuelos repiten lo mismo varias veces. Felices Fiestas, permanentemente!
...........................................................
escrito en mi "idioma de la infancia" con todo amor por ustedes

domingo, 16 de diciembre de 2007

Recordando a Lucina

Poetas, cantores, deshollinadores de la vieja memoria, rumiadores celeste de palabras, caballeros andantes de la melancolía, buceadores de magia, filatelistas de la ceniza, lamas de los papelitos, amigos míos:
No vayamos a olvidarnos de la luz que no está allá arriba ni tan lejos sino aquí. Por estos lados.
Lucina Álvarez: poeta, escritora, docente, periodísta de Buenos Aires. Desaparecida en 1976.

martes, 11 de diciembre de 2007

Una muchacha de dias lejanos

Hay recuerdos que amanecen entre los árboles, que tienen alma de pájaro.
Y también hay ríos mudos y viejas lluvias.
Yo no olvido tu voz de días lejanos, tu ingenuo aliento a hoja de menta.
La voluntad del alma salvaba nuestros miedos de militantes en zapatillas.
Muchacha hermosa de La Tablada, mezcla de Trostky, Hegel y Troilo. Yo nunca olvido tu risa ni tu provincia que me contabas. Aún te veo - alta, flaca, confiada- en la escalera de la estación. Años de trenes a ningún lado, de calles solas llenas de aullidos, de aquel café.
Salió en los diarios que ya no estabas, con una foto del documento que te sacaron en la primaria. No eras distinta, los mismos ojos, el mismo sol en tu carita de Santiagueña. Los diarios mienten, eso se sabe. Mirá si no: nos sigo viendo, no se enteraron y ni podrían. Somos distintos mudos de ríos, viejos de lluvias, locos de amor.

sábado, 8 de diciembre de 2007

AMIGOS DE VERDAD

Eran tan distintos como podían serlo. Uno delgado, morocho, de pocas palabras un hombre de esos que se toman tiempo para pensar, que se mueven como en cámara lenta. El otro, rubio, conversador, espontáneo, siempre risueño, gesticulandoy moviéndose al hablar. Su amistad era de toda la vida...incondicional. Iban a todas partes juntos.
Se complementaban. Uno empezaba una frase...el otro la terminaba. Sus amigos eran en común. Algunos se inclinaban más por uno que por otro, pero los consideraban una unidad. Compartían todo. Muchos pensaron si no serían...pero no, no eran pareja...cuando se separaban por un rato, cada uno tenía su individualidad. Cuando volvían a encontrarse, se convertían en dos piezas de un rompecabezas, que se unían sin fisura alguna. Las mujeres desconfiaban, y no era que no encontraran quienes quisieran salir con ellos pero en el momento de acercarse...comprendían que era imposible vulnerar ese espacio. Una tarde, en una reunión, conocieron una mujer que, cosa rara, los impactó a los dos. Hasta ese momento, como era lógico por sus diferencias de personalidad, los atraían distintos tipos de mujer. Pero esta vez se enamoraron los dos. Completa y profundamente.... Como era su costumbre, se sentaron y lo hablaron. A pesar de que compartían todo, reconocían que este amor, no querían ni debían compartirlo. Que los dos la amaran...no era cosa que pudieran evitar.
Pero la relación...ya era harina de otro costal. Después de mucho razonar, decidieron darle tiempo a la muchacha, para ver hacia cuál de los dos se inclinaba. El otro daría un paso al costado. Después de todo, siempre decidían las mujeres. Y hasta ahora,nunca se habían equivocado.
La que se acercaba a uno de los dos, lo hacía sin dudar.
Pasaba el tiempo...y la mujer de los sueños de ambos, seguía en lo mismo. Con los dos compartían charlas, salidas varias, largas caminatas...y no decidía nada en lo amoroso.
Los amigos se iban poniendo cada día más nerviosos. No entendían a Lorena, que así se llamaba (y a los dos les encantaba el nombre).
Por qué....siendo tan distintos, tenía que elejir con quién se sentía mejor, tarde o temprano. Decidieron enfrentarse con ella, y pedirle una definición. Cuando lo hicieron, Lorena se puso a llorar. Dijo que de alguna forma, los amaba a los dos. Que lo que le faltaba a uno, lo suplía el otro. Que no podía decidirse por uno. Eso era como tener medio hombre. Se miraron...y por primera vez, notaron que en estas cosas...su amistad les iba en contra. Nunca iban a poder ser otra cosa, que dos amigos solterones. Cuando iban a responderle a Lorena, sintieron a la vez, que amistades así, no sobraban. Les iba a costar mucho encontrar mujeres que aceptaran acompañarlos bajo esas reglas...pero sería así...o no sería nada. Miraron a Lorena con el corazón destrozado...y se despidieron de ella con lágrimas en los ojos...
Mujeres había de sobra...pensaron...o al menos eso esperaban.

martes, 4 de diciembre de 2007

siendo mujer

¿Existe otra manera de vislumbrar el mundo?
Desde mis ojos, desiertos hoy sólo por momentos, entre tormentas y borrascas penetro de lado a lado el Universo. Mis ojos de mujer sembrando soles que buscan comprender cada mañana la agridulce cadencia de las cosas. Siendo mujer me va la esencia y el misterio de los amaneceres inmortales. El efecto del pecado más hermoso, sabor de la manzana adolescente. Me va el silencio de las rosas ante el traquetear de las abejas y esa fragancia a polen que me ofrecen tus labios. Sólo intuyo el milagro de ese modo. Soy mujer desde allí, en lo profundo, con la voz conmovida de la entraña; grito y canción, arrullo y carcajada. Mujer desde lo bello de una historia basada en lo verídico y sanguíneo.
Marta S. Pizzo de Sinisi
puertopalabras.blogspot.com

jueves, 29 de noviembre de 2007

AUSENCIAS

"El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes después de un gran dolor." Fiodor Dostoievski.

Desperté. Mis ojos miraron el techo de la habitación y luego al reloj de la cómoda. La visión borrosa y algo adormilada, no me permitía hacerme una composición tiempo–espacio adecuada, pero la luz que entraba por la ventana a medio cerrar indicaba, sin posibilidad de error, que era de mañana. Estaba confundida, dolorida, con la sensación de haber tenido un terrible sueño y la resaca de haber sido consumida por la angustia de una muerte. Intenté repasar los hechos del día anterior, pero no recordaba nada extraño, salvo que después de sentarme a los pies de la cama …, no recordaba nada más.

Con mucha dificultad logré incorporarme. Ahora, la luz me llegaba a borbotones desde el comedor como si hubieran descorrido el cortinado de la puerta de acceso al patio. Me quedé largo rato mirando la cortina cerrada sin entender que pasaba, porque la luz era cada vez más intensa. Quizás la gran cantidad de días nublados y lluviosos, habían desacostumbrado mis ojos al brillo del sol, del bello sol tan tibio…
Mi gata saltó a mi falda y el haz de luz que me cegaba, se cortó repentinamente con su cuerpo peludo y oscuro. Quise acariciarla pero mi mano estaba completamente dormida y erraba los movimientos más elementales.
Inmediatamente, las puntadas en la cabeza se hicieron sentir y a la par que un dolor insoportable me hacía llevar las manos a mis sienes, sentía que me iba yendo del lugar, que involuntariamente lo abandonaba, que caía en un irremediable sueño de convulsión.
Desperté. Mis ojos miraron el techo de la habitación y luego al reloj de la cómoda. La visión borrosa y algo adormilada, no me permitía hacerme una composición tiempo–espacio adecuada, pero la luz que entraba por la ventana, el brillo de esa luna resplandeciente, me indicaba -sin posibilidad de error- que era de noche.
* título de la Obra : "Muchacha Epileptica" Cuadro de los Milagros, 1510, Girola Altötting.

martes, 27 de noviembre de 2007

MURCIELAGOS

El hombre estaba en cuclillas observando algo en el piso, junto a los canteros de la plaza. Al pasar junto a el, me dijo...es lindo. Me acerqué pensando que era un pichón que había caído de un nido. Me mostró el piso. Era un murciélago. Me vió el gesto y dijo...si señora, es lindo. A mi me recuerda a mi nieto. Duerme de día, vuela de noche. Sólo que este no fuma, no es verdad lo que dicen. Sabe? La gente no lo quiere por que tiene mala prensa. Claro! si fuera de colores...o con hermosas plumas...lo tendrían en jaulas. No hay que discriminar. Es un animalito útil y bueno. Mire, lo digo por experiencia. Tengo algunos en casa. Bueno, es un decir...viven en el portarrollos de la ventana. Algunos vecinos tomaron medidas para eliminarlos...pero a mi, no me molestan. A veces escucho como unos rasguños...muy leves...o algo parecido a un piar...pero no piden nada...y hasta son una compañía. Yo no sabía que decir...asentí. En realidad me parecía que tenía razón. El, se agachó, tomó delicadamente al murciélago en sus manos y lo depositó debajo de una arbusto...lejos del camino. Me dijo...este debe estar enfermo. No es normal que esté a la luz del día y solo. Se despidió y se fué, creo, a ver como estaban sus huéspedes del portarrollos. Mientras me alejaba...sentí que este buen hombre, me había convencido. No hacía falta más que ver los noticieros, para darse cuenta de que en realidad, los murciélagos eran, comparados con nosotros...buenísimos!! Texto de Alicia Esmoris Lara.

sábado, 24 de noviembre de 2007

ÁNGELES DEL INFIERNO

Ellos eran muchos. Embutidos en un rancho. Tenían perros que ofrendaban a los autos porque la muerte era habitual y comedida en su comarca de latas oxidadas.
También vivían allí el “crudo invierno”, que no terminaba de cocerse aunque prendieran fuegos, y ese olor rancio de la “pobreza extrema”.
Bajaban de los postes de la calle cables de luz, televisión y hasta teléfono. Y un Dodge 1500 reventado completaba ese confort tan miserable que la “ayuda social” no contemplaba.
Dios perdonaba las palizas del jefe a la patrona, el vino violento de las noches y los robos de cada madrugada. Para que oyeran su palabra les enviaba dos ángeles con Biblias y polleras largas todos los domingos de mañana.
Texto de Roberto Esmoris Lara (quenoseademasiadotarde.blogspot.com)

viernes, 23 de noviembre de 2007

PEQUEÑO DESAFIO

Me miró con sus grandes ojos y supe que no tendría escapatoria. Intentaba ponerme seria, porque entendía que la situación requería esa impostura, pero al mismo tiempo, me resultaba completamente imposible no sonreír frente a la escena que se me planteaba. –¡Mamá! –me dijo –¡Ayudáme con los chicos! Sinceramente, no sabía qué contestarle y entonces, se me escapó un cuestionable -¿Qué chicos? —(…)— –¡Male! –le dije –¿De qué me hablás? –Mamá –me dijo –¡Ayudáme con mis chicos, no ves que están haciendo un lío bárbaro! Era un verdadero desafío, porque además de que viese lo invisible, mi hija me pedía que imaginara que esa invisibilidad andaba poniendo la casa patas para arriba. Sabía además que, por sobre todas las cosas, tenía que mantener la seriedad, porque la mínima sonrisa podía hacer no solo que Malena se enojara, sino que “sus chicos”, no entendiesen que esto no era “un chiste” y que debían portarse bien. –Bueno, está bien, pero ¿sabés? no estaba prestando atención –dije siguiéndole la corriente –¿Me podés decir qué fue lo que pasó exactamente? Miró hacia atrás, y luego mirándome nuevamente con una expresión que mezclaba enojo y ofensa, dijo: –Los chicos desordenaron todos los muñecos que yo tenía a los pies de mi cama, esos que vos me dijiste que junte o se los regalabas a alguien que los cuide. Bueno, yo los junté dos veces y ellos ¡los vuelven a tirar! —finalizó, dando énfasis a cada palabra con sus pequeñas manos. Al mismo tiempo que me sentía divertida, experimenté el roce del peque-desafío poniendo la supuesta inteligencia adulta a prueba. La mirada de mi hija -para ese entonces fija en mí- esperaba ya más de un consuelo. Malena quería que su madre emitiera una verdadera sentencia que la absolviera de todo castigo y reprendiera a esos niños perdidos escapados de la tierra de Peter Pan, que andaban haciendo de las suyas con sus pobres muñecos. Contuve la risa, me tome una fracción de segundo para intentar viajar a mi niñez escondida y con toda la justeza de que me sentí capaz, le dije que me dejara “a solas” conversar con sus niños, para que esto no volviera a repetirse. La felicidad de mi hija era tan grande que ocupaba el cuarto entero. Era casi tangible y visible como su inmensa sonrisa. Salió de la habitación, cerró la puerta y era de suponer que aguardaba tras la puerta, ya que no se oía ningún ruido en la casa. —Bueno —les dije —Soy la mamá de Malena —continué solemne, como si necesitase presentarme —Les voy a pedir por favor que se porten bien y que por hoy ya no hagan más travesuras, sino me voy a ver obligada a llevarme los muñecos y a dejarlos a Uds. castigados. Imaginaba que debía parecer algo cómica -dentro de mí solemnidad- mientras estaba hablándole a la nada sólo interrumpida por muñecos varios y juguetes. Repentinamente Malena abre la puerta y dice: –Mamá, decíles que no les voy a contar más cuentos– –¿Pero no es un castigo muy grande? –pregunté risueña– —No —dijo —Decíles —y se fue nuevamente cerrando la puerta. —Bueno —dije otra vez —Creo que Uds. lo escucharon. Si no se portan bien, ella no les va a contar más cuentos. Mientras juntaba los juguetes del piso y los ponía uno a uno en su sitio, irremediablemente me encontré pensado en mi niñez. Sin duda ya no estaba, pero a lo mejor era cuestión de saber si había estado alguna vez; buscar un poco por ahí, bien atrás en el tiempo, donde hacía mucho no quería viajar. De pronto, recordé muy divertida, como durante algunos años, no dormía tratando de espiar a los muñecos a ver si hablaban o jugaban entre ellos, para lo que me acostaba con una linterna intentando sorprender ese momento, haz de luz en la mano. Un lindo recuerdo que ya no creía tener en mí. Salí del cuarto. Mi hija me miraba con sus extraordinarios ojos. —¿Ya está? —preguntó. Asentí con un movimiento de cabeza. La vi entrar resuelta a su cuarto y hablar “al aire” de lo que había pasado. Me di vuelta, creo que como buscando mi pasado pero no encontré nada, me sonreí y fue entonces cuando al volver la cabeza los ví, como en una foto antigua y descolorida: una hilera de niños tristes y apenados me miraban, mientras uno al lado del otro, escuchaban los retos de la vecina por haber roto el cristal con su pelota de trapo. Sacudí mi cabeza y al mirar nuevamente, pude ver que mi hija –aún algo enojada con ellos– los estaba retando.